Un tesoro medieval con mucho por descubrir: el monasterio de El Puig

El monasterio de El Puig de Santa María abrió sus puertas a nuestra Asociación Valenciana de Periodistas y Escritores de Turismo el pasado sábado 5 de octubre, en una visita espléndidamente guiada por el prior del monasterio,  fray Manuel Anglés, mercedario.

La visita se planificó coincidiendo con la próxima celebración del 9 de octubre, el Día de la Comunitat Valenciana, en recuerdo de aquel otro 9 de octubre de 1238 en que el rey Jaime I de Aragón conquistó la ciudad de Valencia a las huestes musulmanas, tras una batalla previa que planificó y ejecutó desde este mismo enclave de El Puig, a 14 kilómetros al norte de Valencia.

Como pudimos comprobar todos en la visita guiada, porque así lo dicen sus propios moradores religiosos,  “si llama ya grandemente la atención del monasterio su arquitectura exterior, en su interior hay mucho más que descubrir”.  

Mandado construir por el propio rey Jaime I, que lo encomendó a la Orden de la Merced, sigue siendo hoy una joya desconocida para muchos y por muchos motivos. Y ello a pesar de ser Monumento Nacional, Bien de Interés Cultural, enclave estratégico, encrucijada de caminos: Vía Augusta; Camino de San Vicente Mártir; Camino del Cid, Ruta del Santo Grial… y además,  residencia de la Casa Real Española. Aquí no sólo se alojaron D. Juan Carlos y Doña Sofía en distintas visitas a Valencia, sino que aquí también nació una reina de Castilla, Leonor, aunque sólo vivió 25 años y murió en un parto allá por 1382.

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Tras la salida en autobús desde Valencia a las 10 de la mañana, y un suculento almuerzo en el bar restaurante La Andana, ya en El Puig, nos encontramos ante la imponente mole de este Real Monasterio iniciado en el siglo XIII por mandato de Jaime I,  ampliado en el XVI y restaurado en el siglo XX.

La visita dio comienzo con una introducción del periodista Benjamín Marín, que es desde hace décadas uno de los principales y más eficaces divulgadores en los medios de comunicación del monasterio y de su significado para la historia de la Comunidad Valenciana.

El Puig, clave para El Cid y Jaime I

 En realidad, la historia de El Puig se remonta a época romana como atestigua una pilastra funeraria conservada en el Monasterio. Para el Cid Campeador, en el siglo XI, El Puig fue un lugar clave y aqui situó su cuartel general varias veces en su campaña para conquistar la huerta valenciana, lo que consiguió en 1094. Tras la muerte del Cid en 1099, El Puig volvió a caer en manos de los almorávides, que levantaron un pequeño castillo.

Precisamente, para la conquista de Valencia fue decisiva la batalla del Puig de Santa María que tuvo lugar el 20 de agosto de 1237   entre tropas de la Corona de Aragón y de la Taifa de Valencia, del rey Zayyan. La victoria de Jaime I de Aragón  propició que mandase construir este Real Monasterio y, finalmente, el 9 de octubre de 1238 el mismo rey, saliendo desde El Puig de Santa María entró oficialmente en la ciudad de València para liberarla del dominio musulmán

Todo ello nos lo fue explicando el P. Manuel Anglés en la nave central de la iglesia gótica del monasterio, ante su admirable retablo y  la venerada imagen de Santa María del Puig, un icono bizantino policromado esculpido en piedra, situado en el altar mayor, y  descubierto milagrosamente junto a este lugar, según la tradición, por el rey Jaime I y San Pedro Nolasco, fundador de los Mercedarios, antes de emprender la conquista de Valencia. Fue declarada por el propio Jaime I Patrona del Reino de Valencia.

Ante la tumba del padre Jofré

La visita continuó por el sepulcro del fraile mercedario Juan Gilabert Jofré, cuya predicación en la Catedral de Valencia en el año 1409 tras presenciar en una calle cercana cómo unos muchachos apedreaban a un demente, dio origen a una reacción popular que permitió la construcción en Valencia del primer manicomio de la cristiandad  y la imagen original de la Virgen de los Desamparados, patrona de la ciudad.  Por cierto que el P. Anglés lleva personalmente en Roma la causa de canonización del P. Jofré, que se espera con expectación.

Pudimos ver también otro de los tesoros del monasterio, el sepulcro gótico de uno de los héroes de aquella victoriosa batalla de El Puig, donde cayó mortalmente herido: Bernat Guillem d’Entença. Realizado en el siglo XIV en mármol y alabastro policromado, fue uno de los mayores atractivo del recorrido por el monasterio. Bernat era tío de Jaime I por parte materna. Le había acompañado al rey en la conquista de Mallorca, también en el asedio de Burriana, en el que resultó gravemente herido, y fue el encargado de resistir y custodiar el castillo del Puig con una pequeña guarnición, en espera del contingente de tropas que debía de iniciar el asedio a la ciudad de València.

La reina que nació en el monasterio El Puig

Hablando de nombres propios, en este monasterio, como nos relató el P. Anglés,  nació una reina: Leonor de Aragón. Fue el 20 de enero de 1358,  y era hija del rey Pedro IV de Aragón y de su esposa, Leonor de Sicilia. Llegó a ser reina consorte de Castilla entre 1379 y 1382 por su matrimonio con el rey Juan I de Castilla, pero falleció de un parto con sólo 25 años de edad.

Especial interés revistió la visita al camarín de la Virgen de El Puig y al ciclo de pinturas de José Vergara en 1780 sobre el hallazgo de la imagen, una obra excepcional que pudimos contemplar con detalle.

Finalmente continuamos con la visita al monasterio de El Puig de Santa María, recorriendo el claustro alto, el Salón Real, la biblioteca -donde pudimos apreciar varios incunables y documentos también del propio Jaime I que son objeto de estudio por los investigadores-. Y accedimos finalmente al claustro inferior y el patio, de estilo castrenses, ejemplo de la sobriedad renacentista, y al refectorio que nos impresionó por sus dimensiones y su acústica, como pudimos comprobar cuando el propio P. Anglés subió a un púlpito desde el que se leía para la comunidad de frailes la Sagrada Escritura mientras comían en silencio. Concluimos la visita en el hermosísimo salón gótico con sus arcos apuntados de piedra.

El Real Monasterio es sede del Museo Nacional de la Imprenta, cuya restauración no estaba completada aún, pero merecerá la pena  verlo en su momento, entre otras cosas, por una colección de grandes facsímiles y  una copia exacta de la prensa de Gutenberg.

El recuerdo al inolvidable P. Ramajo

Tras la visita de  cerca de dos horas, tocaba hacernos la tradicional foto de familia en el patio del monasterio y agradecer muy sinceramente con una ovación al P. Manuel Anglés, y en su nombre a la comunidad de mercedarios, todas sus explicaciones, llenas de conocimiento y sencillez, y sus facilidades para este recorrido que tan buen sabor de boca nos dejó a todos. Y nos despedimos no sin antes recordar al inolvidable padre mercedario Felix Ramajo (1926-2001), impulsor de la recuperación y restauración del Real Monasterio hace cincuenta años.

Ahora nos toca difundir lo que hemos visto y animar a descubrir  este tesoro valenciano que sigue siendo desconocido para muchos.

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