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La prestigiosa revista Viajes National Geographic acaba de actualizar la lista de los 100 pueblos más bonitos de España, en la que figura en primer lugar una localidad de nuestra Comunidad Valenciana: Altea (Alicante).
En la lista, hay otras cuatro localidades de esta misma comunidad autonónoma; Bocairent, en el puesto 42; Morella, en el 43; Peñíscola, en el 49 y Guadalest en el 82.
La lista ha sido “realizada bajo los criterios editoriales de los diferentes miembros de Viajes National Geographic”, según destaca la publicación.
Estos son los lugares de nuestra Comunidad Valenciana escogidos para la lista de los 100 pueblos más bonitos de España y la descripción que hace de ellos para justificar su elección.
1) ALTEA (Alicante)
“Bajo los primeros rayos de sol, Altea se levanta con el graznar de las gaviotas, acompañadas fielmente por unos barcos que duermen en el puerto y otros que, desvelados en la lejanía, recuerdan que este pueblo alicantino una vez fue de pescadores y de labradores”, resalta la publicación al inicio de su comentario sobre Altea . Refleja también el barrio de El Fornet, “con sus callejuelas empedradas y sus casas blancas engalanadas con la algarabía cromática de geranios, jazmines y buganvillas” y la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, cuyas dos cúpulas, “cubiertas de tejas vidriadas azules, raciman a su alrededor las calles blancas tan típicas del Mediterráneo, rodeadas por la Torre de Galera y la de Bellaguarda y los accesos de Portal Nou y Portal Vell”.
Además, “en cada balconada hay un mirador en el que detenerse desde donde se alcanzan a ver las sierras de Aitana, de Bèrnia y el Puigcampana a un lado, y la Punta de l’Albir, el Morró de Toix y el Penyal d’Ifac envolviendo la bahía por el otro.”
42) BOCAIRENT (Valencia)
De esta histórica villa del interior de la provincia de Valencia, Viajes National Geographic destaca que aunque “Habitado desde el Neolítico, fueron los árabes quienes aportaron a Bocairent su peculiar entramado urbano de callejuelas y casas encaramadas. En lo alto erigieron una fortaleza árabe, sobre la cual en el siglo XVIII se estableció la actual parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, que aparece imponente al final de la calle de la Abadía”. También evoca cómo la plaza del Ayuntamiento “da inicio a la conocida Ruta Mágica, que recorre todo el perímetro del casco histórico en un juego de a dos con el visitante”.
Las callejuelas de Bocairent “abrazan sus plazas, se encuentran con las ermitas de San Juan Bautista, de la Virgen de los Desamparados y de Agosto, y se cubren bajo portales y antiguos accesos como el de Agosto, el de San Blai o el de la Calzada Excusada”. También conducen hasta “asas de origen medieval excavadas en la roca “que, tras ser halladas en 2008, se han convertido en la voz narrativa del pasado textil de la zona, que le llevó a ser reconocida con el título de Real Fábrica de Paños en 1587. Y todo ello aderezado con regalos en forma de fuentes y de flores que decoran los balcones”.
43) MORELLA (Castellón)
La primera localidad de la provincia de Castellón en la lista de los 100 pueblos más bonitos de España aparece en el puesto 43. La revista resalta de Morella “su ubicación a los pies del Parque Natural dels Ports, al promontorio en el cual reposa, a su castillo y a sus impresionantes murallas. Con casi dos kilómetros de baluarte, dieciséis torres y seis portales, no cabe duda de que este pueblo del Maestrazgo es un enclave especial”, incluso desde la prehistoria, cuando “los primeros pobladores que pasaron por aquí pintaron escenas de caza rindiendo culto a la vida, en lo que hoy son las pinturas rupestres de Morella La Vella”.
Desde el castillo “que racima a su alrededor un centro histórico donde varias iglesias abren sus puertas al visitante”, descendiendo por las angostas callejuelas, se suceden casas solariegas y palacios entre restaurantes, bares y tiendas antes de alcanzar las murallas, las torres y los portales”. Cerca de la torre del Consell “e halla uno de los tesoros mejor guardados de Morella: el Jardín de los Poetas, que homenajea a grandes figuras de la poesía como Vicent Andrés Estellés”.
49) PEÑISCOLA (Castellón)
“Visto desde el mar, el núcleo antiguo de Paíscola parece un islote. Y lo fue en el pasado, cuando los temporales borraban la estrecha franja de arena que lo conectaba con tierra firme. Desde lo alto de la peña sobre la que se erige la ciudad, el castillo templario domina la bahía de Peñíscola y el horizonte azul. Construida entre 1294 y 1307, esta fortaleza fue la residencia y biblioteca extraordinaria del papa Luna –Benedicto XIII por la Iglesia de Aviñón–, desde 1411 hasta su muerte en 1423″, recuerda Viajes National Geographic.
Y luego, continúa resaltando que “al otro lado se abre un núcleo abigarrado de callecitas que desembocan en escaleras o frente al mar y, de vez en cuando, en una placita como la de San Roque o la del Mercado” . El paseo de Ronda, en la parte alta de las murallas de la plaza Santa María, ofrece vistas de las playas que abrazan el peñón, la Nord y la Sud.” Otro mirador magnífico es el parque de la Artillería, desde el que se contempla toda la bahía. Aquí se ubicaban los cañones de la fortaleza y ahora se extiende un jardín botánico con palmeras, matas de espliego y flora del litoral castellonés”.
82) GUADALEST (Alicante)
La última localidad de la Comunidad Valenciana en esa relación de los 100 pueblos más bonitos de España, para Viajes National Geographic, es Guadalest, en Alicante. Y para describirla escoge a otro literato: “la voz del escritor alicantino Gabriel Miró resuena entre los muros que conducen al centro histórico de Guadalest, un «túnel con puertas clavadizas y poyo de sal». Al atravesarlo, las palabras que dejó en Años y Lenguas se hacen eco por lo que describió como «galerías que corren por rocas verticales, donde se descuelgan los cactos, los algarrobos…».
Guadalest “fue moldeado por la mano del hombre y por la fuerza de la naturaleza después de los terremotos de 1644 y 1748, cuando el defensivo castillo de San José quedó prácticamente destruido. Sin embargo, hoy pervive orgulloso cerca del cielo con varios pedazos de muralla y la inconfundible torre del homenaje.”
En este retrato de la pintoresca localidad alicantina, la publicación se fija en cómo “le acompaña un blanco campanario y el castillo de la Alcozaiba, que recuerda el origen medieval del pueblo y desde donde se vislumbran las sierras de Xortà y Serrella, la de Aitana y la de Bèrnia. Entre estos colores pardos y verdes de sus aledaños, se hace hueco el azul turquesa del embalse de Guadalest. Vistas similares se obtienen desde la plaza del Ayuntamiento, presidida por la estatua de San Gregorio y donde se puede visitar la prisión medieval bajo la casa consistorial. O la Casa de los Orduña, familia ligada al pueblo desde el siglo XVI hasta 1934 tras la muerte de Carlos Torres de Orduña”.
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