AVPYETUR
La Asociación Valenciana de Periodistas y Escritores de Turismo (AVPYETUR) ha organizado el pasado viernes, 20 de junio, una “jornada marinera” en el puerto de Valencia, durante la que los participantes han visitado la histórica goleta “Cervantes Saavedra”, han realizado una travesía en el catamarán “Boramar” por aguas del puerto para conocer las bateas de las clótxinas, y han concluido la jornada en el edificio del Reloj, asistiendo a una charla sobre el presente y futuro del puerto de Valencia.

Con una silueta fascinante e inconfundible en la Marina Sur del puerto de Valencia, la goleta “Cervantes Saavedra” es un velero de imponente estampa cuya sola visión ya evoca sus grandes travesías oceánicas por mares de todo el mundo. Es el segundo buque escuela que hay en España después del celebérrimo Juan Sebastián El Cano, de la Armada Española, que es también un bergantín goleta.

Pero los orígenes del “Cervantes Saavedra” son ya, en si mismos, una sorpresa mayúscula, como veremos enseguida.
Fue construido en 1934 como buque faro en Suecia, en los astilleros Götaverken. Nada tenía que ver con el elegante aspecto actual de velero con tres mástiles. De hecho, en 1970 finaliza su vida activa como estación de señales marítimas, y no fue hasta siete años después cuando lo adquiere un armador particular que, atraído por la solidez de su casco de acero reforzado para el hielo, proyecta transformarlo en un velero de recreo.
Tras recibir un motor nuevo, en 1978 el barco es trasladado a Portugal para llevar a cabo la reforma. Durante el proceso y debido a su extraordinaria construcción, se decide conservar la estructura del casco. Así, después de cuatro años de trabajos, el viejo buque faro saldría transformado en un flamante bergantín-goleta de tres palos, que es hoy el buque escuela del campus del mar de la Universidad Camilo José Cela, de Madrid. (más datos sobre su historia y el pasado televisivo del barco al final de este reportaje)

La visita de AVPYETUR
Gracias a los buenos oficios de la responsable de prensa del barco, Desirée Tornero, una representación de AVPYETUR pudo visitar el velero con el mejor guía, el propio capitán, José Manuel Guzmán, que nos recibió en el muelle donde está fondeado el navío. Subimos por la pasarela de acceso y nos introdujo en el elegante salón multiusos, la estancia principal del buque escuela que conserva todo el diseño marinero original en madera noble de hace casi un siglo.

La visita continuó por la cubierta del barco, el puente de mando , la proa, donde pudimos contemplar el disposituvo del ancla y sus grandes cadenas, y de ahí pasamos finalmente a la popa, donde lo más fotografiado fue el timón, ante el que la mayoría de visitantes se retrataron, como no podía ser menos.
El capitán Guzmán nos contó que el buque tiene una tripulación de 11 personas y una capacidad de 35 pasajeros en los camarotes.
Este “campus flotante” de la Universidad Camilio José Cela, es escenario hoy de proyectos educativos, científicos y culturales, ofreciendo “experiencias formativas únicas a bordo”, como resalta el capitán.

De hecho a principios de agosto tendrá lugar, la quinta edición de la Travesía Planeta Azul, una propuesta náutica y divulgativa, orientada a personas de todas las edades interesadas en la conservación del entorno marino y la vida a bordo de un velero histórico.
Durante cuatro días, del 7 al 10 de agosto, los participantes explorarán el Mediterráneo y las Islas Baleares y llevarán a cabo talleres dirigidos por especialistas del Oceanogràfic, observación e identificación de cetáceos y aves marinas, estudio de microplásticos y análisis de muestras, y navegación activa y vida a bordo en régimen de convivencia.

También realizará el próximo viaje de Navegantes por la Historia (premio del concurso del mismo nombre organizado por la Universidad Camilo José Cela, la Real Academia de la Historia y la editorial Vicens Vives) y las actividades que se enmarcan en el programa Summer SEK (los cursos de verano de los Colegios SEK)”, según nos contó el capitán.
En busca de la asombrosamente nutritiva clótxina valenciana
Tras despedirnos del capitán y su tripulación, y después de un breve aperitivo en un bar en las instalaciones portuarias, embarcamos en el catamarán “Boramar” para un recorrido por el interior y exterior del puerto, que incluyó una degustación de la sabrosísima clòtxina valenciana, un molusco que se cría en bateas situadas en las aguas interiores del recinto portuario.

La Agrupación de Clochineros del Puerto de Valencia cuenta con una veintena de bateas que son capaces de producir anualmente entre 50 000 y 70 000 kilos de clótxina de Valencia cada una. Con ello, esperan una producción de alrededor de mil toneladas de este molusco para esta campaña.

Estudios cientificos avalan el sorprendente potencial vitamínico de la clótxina
Además, la empresa “Boramar”, que cumple este año su veinte aniversario como referente del transporte marítimo de pasajeros, está muy vinculada a la clótxina de Valencia, pues dos de sus fundadores -padre e hijo- fueron clochineros gran parte de sus vidas y sienten “auténtica pasión y admiración” por este bivalvo, según dicen.
A más de uno puede llamar la atención que el motivo del crecimiento y sabor excepcional de la clótxina valenciana está, según la explicación que se difunde por la megafonía del catamarán, en la calidad de las aguas del puerto de Valencia junto con el abrigo de los diques y las propias características de esta especie animal. Pero lo cierto es que estos moluscos son filtradores y se alimentan principalmente de fitoplancton y materia orgánica en suspensión. Así, las aguas del puerto de Valencia cuentan con los nutrientes necesarios en la época de crecimiento y engorde de la clòtxina valenciana para obtener un crecimiento óptimo.
Precisamente, un estudio elaborado por el Departamento de Tecnología de los Alimentos de la Universitat Politècnica de València, avala el mayor valor alimenticio de la clòtxina valenciana y reconoce que la salinidad de las aguas del puerto de Valencia le aporta a la clòtxina valenciana su característico aroma, sabor más intenso, tonalidad suave y jugosidad. La clòtxina de Valencia es rica en vitaminas, calcio, hierro, potasio, fósforo, magnesio y Omega 3.
Y un dato para tener muy en cuenta, como destacan los clochineros: la sostenibilidad ambiental de las aguas interiores del puerto de Valencia ha permitido que la clòtxina valenciana no haya dejado de producirse nunca por problemas sanitarios.

Charla final en el Edificio del Reloj: Presente y futuro del puerto de Valencia
Finalmente, concluimos el recorrido en el edificio del Reloj, con una charla por parte del director de Comunicación de Valebnciaport, Vicent Palací, que atendió muy amablemente a los socios de AVPYETUR y sus acompañantes. Tras el visionado de un video promocional del puerto de Valencia, Palací detalló el funcionamiento de este auténtico gigante del tráfico marítimo y su posición de liderazgo entre los puertos mediterráneos.
Durante la charla conocimos cómo el puerto de Valencia es ya el primero del Mediterráneo en tráfico de contenedores. Genera casi 50.000 empleos directos, entre el personal de las instalaciones portuarias y el de las empresas dependientes directamente del puerto y las auxiliares.
Valenciaport representa el 20% de los tráficos de automóviles del total del sistema portuario español y el 40% del total de contenedores que se mueven el conjunto de puertos nacionales.
El recinto valenciano es el primer español por conexiones internacionales, una conectividad que le ha llevado a ocupar el puesto 21 en el Índice Mundial de Conectividad.

Para concluir la visita, Palací nos sorprendió con un singular detalle de la Autoridad Portuaria: “el lápiz infinito” , que nunca se acaba y que, por ello, nunca es necesario sacarle punta. Así como suena. Un recuerdo sorprendente como broche para esta jornada marinera de AVPYETUR.
Una goleta que fue plató televisivo

Antes de irnos del puerto, una última mirada a la goleta “Cervantes Saavedra”, este antiguo buque faro en el Ártico, que desde que fue transformado en los años 70 en el elegante velero que es hoy, no ha dejado de cautivar a cuantos se han cruzado con ella, sea en sus travesías oceánicas o ahora en el puerto de Valencia.
En la década de los ochenta, una vez rebautizado con el nombre de “Atlantic Wanderer” (“Caminante atlántico”) y bajo bandera sueca, el barco inicia una nueva vida de mar. La primera singladura importante tiene lugar en 1982, como participante de la famosa regata Cutty Sark. A su término establece su base en el Caribe y es destinado a la realización de mini cruceros. En 1984 se convierte en la imagen de una importante empresa cervecera canadiense, regresando a Suecia al término del contrato.

En 1985 es seleccionado para representar a la ciudad de Estocolmo en los actos conmemorativos de los 200 años de la “Nueva Australia” y formar parte de la flota de nueve veleros que navegaría de Londres a Sídney. Tras varios años de actividad de chárter en aguas australianas, el “Atlantic Wanderer” traslada sus operaciones al Mediterráneo y se especializa en la realización cruceros por las costas de Turquía y el Mar Rojo.
En 1996 fija su base de operaciones en Málaga y cambia su nombre a “Amorina”.
Finalmente, en 2005 la Universidad Camilo José Cela fleta el barco para realizar la primera de las Travesías de España y la Mar, que contando con el protectorado de la Real Academia Española de la Mar y la Cátedra de la Mar de la propia universidad, llevaría hasta Lepanto a un grupo de 40 estudiantes. La segunda de las travesías se realizaría en el 2006, como “Homenaje a Cristóbal Colón”. Tras el éxito de ambos proyectos y con intención de darles continuidad, en 2007, D. Felipe Segovia Olmo se convierte en el nuevo armador transformándolo en buque escuela.

El barco adquiere bandera española y es re-bautizado con el nombre de “Cervantes Saavedra”. Los trabajos de puesta al día se prolongan durante algún tiempo y a su término es elegido por su atractiva estampa y carácter singular, para representar al “Estrella Polar”, el protagonista de la serie de Antena 3 “El barco”, que consigue una notable repercusión y se prolonga durante tres temporadas entre 2011 y 2013 y un total de 40 episodios.
A la finalización de los rodajes, el “Cervantes Savedra” retoma su actividad, centrada principalmente en programas de índole académica y en la promoción de un modelo educativo diferencial y novedoso, basado en la experiencia vital y la formación en valores humanos, que, sin duda, es el mejor uso que se le puede dar a cualquier barco, creemos nosotros.
¡Enhorabuena y feliz singladura!