QUESA, RIO GRANDE Y LAS PINTURAS RUPESTRES DEL ABRIGO DE VORO.

Quesa.- Recostada a la solana de una colina, en cuya cima hay restos de un castillo musulmán, la población de Quesa está emplazada en el centro de una amplia depresión rodeada de montes donde convergen los ríos Grande y Cazuma, aguas nacidas en el corazón del Macizo del Caroig y que, unidas, conforman el río Escalona. Con un término en su mayor parte montañoso, no son muchas las tierras disponibles para el cultivo, no obstante, el esfuerzo y perseverancia campesina cuida los olivares en el secano y ha diversificado con el regadío la producción huertana y los naranjales que adornan la cálida hoya. La complejidad del relieve, de agrestes montes, profundos barrancos, hoces y recónditos camino de las aguas salvajes, enriquece la vegetación adaptada en todas sus manifestaciones a la accidentada topografía dominante. En este conjunto de paisajes de Quesa, representativos en sus excelencias de la belleza del Macizo y profundidad de sus espacios de libre naturaleza del Caroig, el legado de las sociedades primitivas ha dejado uno de los testimonios más turbadores y fascinantes de su creatividad, el arte rupestre.

Las pinturas rupestres del Abrigo de Voro.- El itinerario hasta la cavidad decorada tiene como eje el Río de las Cuevas o Río Grande, siguiendo el solitario cañón calizo -uno de los más bellos del Macizo del Caroig-, y acompañados en todo momento por el rumor del agua del arroyo y la tupida vegetación de ribera y umbría, acogida a la humedad y resguardo del estrecho pasillo, donde no es excepcional la visión de las cabras, libres en la soledad y el sosiego de la naturaleza intocada. Medio físico y exuberante vegetación enmarcan este cautivador paraje, paisajes que por si mismos justifican la excursión al abrigo decorado de Voro y sus 70 figuras: hombres y animales, la crónica pictórica de grupos de cazadores de la Prehistoria en la que destaca de forma sobresaliente, en un pequeño friso, la escena interpretada como una danza guerrera de un grupo de cuatro hombres, muy bien conservada, de excelente ejecución y admirable movilidad y composición. El indescifrable motivo inspirador de las decoraciones rupestres, de interpretación puramente especulativa, permite la suposición de ritos mágicos y conjuros que propicien la suerte de la caza.

 

Desde la elevada situación de la cavidad de Voro sobre el cauce de Río Grande, vemos ante nosotros el paisaje tal como lo veían los cazadores de la Prehistoria. No es difícil imaginar la mirada de los hombres dispuestos en el acecho desde la altura, ante la variada fauna salvaje acogida al resguardo del río y su rica vegetación, pastos y el agua. El paisaje es indisociable de la interpretación del arte rupestre, como escenario natural a través del cual, de sus características y evolución, podemos observar las representaciones, reflejo de su estrecha y vital dependencia al medio y a sus ciclos naturales

El arte rupestre en el Macizo del Caroig.- Este inmenso y desierto territorio, la extensa plataforma surcada por una red fluvial de arroyos y barrancos, aguas permanentes de encajados surcos, alberga el mayor conjunto de arte rupestre de nuestra Comunidad, conjunto integrado en el Arco Mediterráneo Peninsular y que fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Un sorprendente y valioso legado de los primeros pasos de comunicación y arte de las sociedades organizadas, dependientes de los severos ciclos de la naturaleza, como cazadores y recolectores. La crónica humana expresada con la vivacidad de las escenas pintadas en las paredes de precarios abrigos rocosos. Existe un gran número de cavidades decoradas, de las cuales citamos por su especial relevancia, además del abrigo de Voro, y que alcanzado resonancia internacional, las Cuevas de la Araña, situadas en término de Bicorp, municipio lindante a Quesa.

 

Rafael Cebrián Gimeno

 

CAMPORROBLES Y EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE EL MOLÓN

Camporrobles.

En el extremo más occidental de la Comunidad Valenciana la población de Camporrobles contempla por igual las tierras valencianas y la cercana Castilla en sus confines, lindante su término con el municipio conquense de Mira. Situada a noroeste de la comarca de la Plana de Utiel y en la encrucijada de caminos de la historia entre la Meseta y el Mediterráneo, Camporrobles conserva la lejana memoria del pasado con el legado que iberos, romanos y musulmanes dejaron a su paso por estas tierras. El extenso territorio de la Plana de Requena Utiel, sector oriental de la Meseta Central, en el año 1851 se adscribe a Valencia en la nueva división administrativa provincial del Estado, una incorporación que fortalecía con carácter oficial las ancestrales relaciones comerciales y humanas entre ambas comunidades y que, por razones de proximidad y peso económico, para estas tierras castellanas resultaban más factibles y provechosas con Valencia que con su capital, Cuenca. La jurisdicción valenciana sobre estos territorios vecinos, aceptada voluntariamente por gran parte de la población, sancionaba ancestrales relaciones y vínculos de hermandad ya existentes desde hacia siglos. Desde época romana y durante el periodo islámico, el territorio estuvo bajo la influencia mediterránea, hasta que con la conquista de Jaime I, y en el reparto de tierras con Alfonso X, la comarca quedó en el Reino de Castilla. Las características del relieve, la lengua y la cultura que distinguen y singularizan la Valencia Castellana, o, bien, la Castilla Valenciana, es un hecho humano, geográfico y cultural más que enriquece la pluralidad de nuestra tierra.

El Parque Arqueológico Temático de El Molón.

El yacimiento de El Molón ocupa la cúspide de una muela caliza de 1.124 metros de altitud, elevada en las proximidades de Camporrobles y en el límite provincial con Cuenca. Un yacimiento sumamente interesante, de relevante interés por su estratégica situación geográfica en el tránsito de la Meseta al Mediterráneo, control de vías de comunicación en la zona fronteriza entre los pueblos celtiberos e iberos. Por estas características de dominio visual y la topografía del enclave, favorable de manera natural a su fortificación, la muela ha estado habitada de forma estable desde finales de la Edad del Bronce e inicios de la Edad del Hierro, hasta el siglo X, salvo un periodo durante la romanización en la que los asentamientos pasaron a la llanura. En la época islámica fue lugar fortificado militar de cierta envergadura y asentamiento que contaba con una mezquita. Abandonado por completo el conjunto como lugar de hábitat, siguió recibiendo la visita esporádica de campesinos y pastores. Como último episodio de su histórico protagonismo, durante la Guerra Civil, en el año 1937 se construyó un aeropuerto militar en el llano, del cual solamente queda como testigo una caseta de observación situada en la cima de El Molón. El inmenso y relevante patrimonio que atesora este singular yacimiento, rescatado del olvido a través de una serie de campañas de la Universidad de Alicante y la Complutense de Madrid y valorado culturalmente, está conservado y dispuesto desde el año 2008 para el disfrute ciudadano, como Parque Arqueológico Temático.

El Centro de Interpretación de El Molón.- El interesante recorrido del yacimiento es aconsejable vaya precedido de la visita al Centro de Interpretación, como lectura previa de los vestigios arqueológicos y ayuda para su mejor comprensión. Paneles, planos, dibujos, fotografías, textos, réplicas virtuales, noticia del urbanismo y de los sistemas defensivos…dan una completa panorámica de los siglos de ocupación de la muela, la evolución en las sucesivas etapas culturales, cronología de los asentamientos y de las distintas sociedades que lo habitaron, su economía, sus modelos de vida y el universo de sus creencias, ceremonial y ritual funerario. El paso por el Centro de Interpretación y la modélica exposición ilustrando el pasado del yacimiento y sus peculiaridades, es una valiosísima aproximación a tan excepcional monumento del pasado, testimonio durante siglos de superposición cultural.

El recorrido del yacimiento es para hacerlo solamente a pie, se inicia desde el mismo Centro de Interpretación junto a la zona habilitada de aparcamiento para los visitantes, un sendero que, en principio, remonta la ladera de la muela hasta alcanzar en unos 20 minutos la cumbre, una meseta de desigual topografía donde se distribuyen los vestigios de los distintos asentamientos. La extensión de la ocupación humana permanente durante largos periodos, es muy grande y en su totalidad está documentada con mesas de lectura que permiten seguir un itinerario y conocer en cada uno de los lugares su función, cronología y urbanismo. Desde los altos del Molón el paisaje se agranda en el horizonte por tierras agrícolas de tonalidades castellanas, de tradición cerealista y ganadera y montes que cubre el oscuro verdor de los pinares. Esta cualidad de privilegiado mirador, por la posición destacada y aislada de la muela, sin elevaciones en su entorno que se le antepongan y reconocible su silueta desde lugares muy lejanos, explica la potencia como asentamiento humano de El Molón en sus funciones militares de control sobre las vías de comunicación, dominio visual del territorio circundante y la custodia de la riqueza agrícola, factores que históricamente han decidido los emplazamientos de altura. La estrategia del enclave se consumaba por su fácil defensa, aprovechando los escarpes naturales del relieve, como la más eficaz fortificación. A los pies de la muela y en las cercanías de Camporrobles, una depresión ha sido el vaso de una laguna, desecada en el pasado siglo, el agua como factor de vida, asociado a la ganadería y la agricultura, como un elemento vital más determinante de los notables asentamientos de Camporrobles.

El Molón merece una detallada visita por ser uno de los yacimientos más relevantes de las comarcas valencianas, una visita para hacerla con calma y que ayude a interiorizar y comprender la huella del pasado desde la Prehistoria inscrita en el paisaje. Vale la pena dedicar una mañana: cualquier época puede ser buena, valorando de antemano el frío y el calor que, en estas tierras del interior, se manifiestan en sus extremos continentales. Camporrobles da la acogida amable al visitante para cerrar una recomendable excursión. Cómo llegar: desde Valencia por la A-3 hasta Utiel y de allí a Camporrobles por la CV-470. Información y contactos: Ayuntamiento de Camporrobles (96 218 10 06). www.camporrobles.es

Visita realizada el sábado 16 de noviembre de 2013

Rafael Cebrián Gimeno

 

XIV Cicle de Concerts a la Casa de la Senyoría de Olocau (2013)

Olocau: puerta de la Calderona. Al norte de la ciudad de Valencia destaca sobre el horizonte la larga barrera de montañas de la sierra Calderona, perfiles y pardos tonos salpicados de verdor, alzados sobre la uniformidad horizontal de los campos y el mar. Entre los pliegues de su extremo meridional se cobija la pequeña población de Olocau, en una hoya entre rojizos murallones rocosos e identificada con un paisaje natural y humano que, por su relieve y colores, ya nada tiene que ver con el que se abre hacia Lliria y Valencia. A tan corta distancia de los llanos litorales agrícolas y de la trepidante concentración poblacional del Camp de Turia, Olocau descansa en el sosiego de su diminuto y humanizado valle, rodeado de abruptos roquedos y verdes pinares, en el silencio y recogimiento de un verdadero pueblo de montaña.

Olocau es una entrada natural a la sierra, un paso que por su naturaleza, históricamente utilizaban antaño los viajeros que, a pie o en caballería, cruzaban la barrera de los montes por los altos collados para ganar el Valle del Palencia, la ruta de Aragón. Camino por Marines y Gátova, siguiendo curso arriba el barranc de Carraixet, para llegar a Altura y Segorbe, viejo camino del pasado, en la actualidad carretera CV 25, en una superposición más de las vías de comunicación sobre rutas precedentes. Olocau está a tan sólo 30 kilómetros de Valencia. El topónimo es de etimología árabe: al/uqab; aparece citado en el Llibre del Repartiment (años 1237) y de él dijo el escritor e historiador Escolano (1560-1619) que,…”los moros en su lengua llamaron Olcaf”…

XIV Cicle de Concerts a la Casa de la Senyoría

En el año 1999 dio comienzo el ciclo de conciertos de verano, organizados por l´Ajuntament d´Olocau y la agrupación local, Amics del Castell (La Senyoría), con el objetivo de promover el uso cultural de La Casa de la Senyoría. Todos los sábados del mes de julio, a las 23 horas, se celebran las audiciones, al aire libre y en la terraza, patio de la Senyoría, en el mismo lugar donde antaño músicos locales lo utilizaban para ensayar. Una fotografía que acompaña al programa del presente año, realizada en el año 1930, es un documento de la tradición musical del pueblo, con un grupo de músicos con diversos instrumentos. Un largo y positivo periodo para una propuesta local, nada fácil de mantener con la calidad y alto nivel en que se ha desarrollado y que, sin interrupción, ha llegado en el presente año a su XIV edición. La asistencia es gratuita y los programas están integrados por composiciones de música clásica, y sus intérpretes son grupos de cámara, tríos y cuartetos. Quedan para su celebración los conciertos del 20 sábado: Cuarteto de trompas “Consolat de Mar”, y el 27 sábado: Master Chamber Wind Ensemble.

La Casa de la Senyoría.- Nombre con el que se conoce popularmente la casa solariega de los Condes de Olocau, caserón y construcciones del siglo XVIII, levantadas sobre los restos del palacio castillo de los Vilaragut, linaje catalán y primer barón de de Olocau. Formando parte del conjunto, están los restos de una robusta torre musulmana del siglo XIII, refugio de la alquería islámica de Pardina. Los edificios fueron adquiridos por el ayuntamiento en el año 1999 y el caserón, en parte restaurado, con obras de consolidación de las estructuras y condicionado como Centro de Turismo, alberga un museo etnográfico, dotado con útiles y herramientas de las sociedades tradicionales; conserva bodega, lagar y almazaras…. En las salas del piso superior de la casona, hay instalado un museo sobre el mundo ibero, estancia para proyecciones y conferencias y aulas donde se imparten talleres didácticos para niños. Una respuesta del compromiso cultural de Olocau con su pasado y con el proyecto de fomento cultural de la Senyoría, del Castell, proyecto todavía en vías de mejora y ampliación, a falta de los necesarios recursos económicos. En el exterior de la Casa, el patio, una amplia terraza abierta hacia el pueblo, es el espacio para los conciertos al aire libre.

El poblado del “Puntal dels Llops”.- Apenas abandonados los llanos y cuando la carretera provinente de Llíria accede a la hoya donde se emplaza Olocau, en un altozano de privilegiada posición y a 427 metros de altitud se encuentra el importante poblado fortificado ibérico, superpuesto a un sustrato del Bronce, el Puntal dels Llops. Varias campañas de excavación del Servicio de Investigación Prehistórica, ha revelado la trama urbana, el recinto murado y las plantas de viviendas a lo largo de una calle central, además de importantes hallazgos, útiles de la cultura material del asentamiento. Formaba parte del cinturón defensivo de la antigua Edeta de los Iberos, a la vista en Tossal de Sant Miquel de Llíria, a 10 kilómetros en línea recta. El Puntal dels Llops se interpreta como control de la sierra, vigilante de esta puerta y pasillo al interior de las montañas y que defendía por este sector la riqueza, autoridad y poder jerárquico de la mítica capital de la Edetania. El Puntal dels llops es uno de los yacimientos mejor conservados del Ibérico Valenciano, razones que hacen recomendable su visita.

El castillo del Real.- Esta fortaleza aparece con otras dominaciones, Olcaf, Olocau o de Olocaf, también Ral o Rel, supuestamente corrupción de Real. Entre los términos de Olocau y Marines Vell, corona la cima de un abrupto cerro cónico, rocoso y aislado de otros montes, alzado con escarpadas paredes, directamente sobre el camino, uno de los principales que atravesaban la sierra, hoy carretera, hacia el collado del Águila, el paso natural de las montañas desde la vega valenciana, por Olocau al Valle del Palencia. A esta función de control de las comunicaciones entre comarcas, se une la estrategia defensiva de una línea fortificada en la sierra, articulada por caminos y fortalezas defendiendo la riqueza agrícola y la salida al mar de los llanos del Valle del Turia. Fue uno de los castillos tomados por el Cid,”…castrum que dicitur Olokabet” y, por su resistencia militar, uno de los últimos castillos rendidos a Jaime I.

Olocau, patrimonio y cultura. – Podemos citar, además de los ya comentados testimonios arquitectónicos, l´Arquet, resto romano de un acueducto y la Cova del Cavall, abierta en forma de sima en la parte superior de las paredes de arenisca, retablo rocoso que, a espaldas de la población, singulariza el paisaje de Olocau con su encendida coloración rojiza. La existencia de un caballo de piedra, posiblemente de origen ibero, dio lugar, durante las centurias de permanencia de los musulmanes en estas tierras, a un pequeño santuario de devoción popular, donde gentes humildes acudían con dádivas, vasijas con tributos, que ha acumulado en el interior de la cavidad grandes cantidades de cerámica, principalmente morisca. El municipio tiene historia que refleja su patrimonio, inscrito en un paisaje cercado de montañas que ha condicionado su economía y forma de vida hasta hace unas cuantas décadas y que desde el año 2002, está integrado en Parque Natural de la Serra Calderona. Un secular legado cuidado por sus vecinos, conscientes de su valor y que, bien administrado por su corporación, lo promociona y condiciona para su disfrute ciudadano, con visitas guiadas y rutas senderistas señalizadas. Otras actividades culturales conforman la propuesta de actividades: deportes, cursos sobre distintas disciplinas y materias; teatro, conferencias… Sobradas razones, con sus paisajes, para una grata escapada a Olocau.

Rafael Cebrián Gimeno

IX FORO VALLDIGNA. UNESCO, VOZ DEL MUNDO Y PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

MULTAQA DE LAS TRES CULTURAS.

14, 15 y 16 de junio de 2013

Reial Monastir de Santa María de la Valldigna.

Una vez más, y por noveno año consecutivo, el monumental e histórico recinto monástico del El Real Monasterio de Santa María de la Valldigna ha sido el albergue, foro de encuentro y celebración de MULTAQA DE LAS TRES CULTURAS. Participación y comunicaciones socio culturales que define con su significado la voz árabe Multaqa, como la paz, integración, aproximación y amistad. Principios que han fomentado esta convocatoria de las tres culturas, culturas nacidas en el ámbito de pueblos que tienen el Mediterráneo como ámbito geográfico común y que comparten significativos rasgos históricos y culturales. Junto a este Mare Nostrum nacieron las tres religiones más universales, fundamentadas en un solo dios y un libro sagrado como revelación, el Islam, el Cristianismo y el Judaísmo. Una encrucijada de doctrinas con orígenes y principios similares que no ha sido, sin embargo, óbice moral a la intolerancia religiosa, a la animadversión racial y a la concepción del “otro” como una amenaza. Pese a tantos desencuentros y de una convivencia que no ha sido precisamente pacífica, son más los motivos que nos unen que los que nos distancian, buenas razones como para conocerse mejor, unos y otros, a través de contactos que acrecienten el sentimiento afectivo y de libertad que genera la relación, el conocimiento y el intercambio de culturas. Tres jornadas de trabajo y participación, teniendo como aula de actividades la nave de la iglesia, solemne espacio como templo cultural. Jornadas siguiendo con fidelidad los fundamentos propiciados por la UNESCO, aval ideológico de estos eventos, que han sido organizados a través de su Centro en Valencia y que este año ha tenido como lema en su celebración “UNESCO, voz del mundo y patrimonio de la Humanidad”.

La UNESCO: siglas de La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Institución creada en el año 1945 con el ideario de contribuir a la paz, a la seguridad de los pueblos, a la defensa de la igualdad y de los derechos humanos; la protección del patrimonio y el medio ambiente; la libre circulación de ideas y la salvaguarda de la diversidad cultural; los encuentros y el intercambio del saber, iniciativas conducentes a la búsqueda de un mundo mejor que tenga como elemento fundamental de comprensión el diálogo, la tolerancia y el respeto de creencias y culturas. Justo es reconocer desde estas líneas el mandato de la UNESCO ejercido durante los años 1987/1999 por español Federico Mayor Zaragoza, un memorable periodo reconocido internacionalmente como uno de los más positivos de la Organización.

El monasterio de Santa María de la Valldigna.

Santa María de la Valldigna es uno de los monasterios más importantes del Antiguo Reino, un conjunto arquitectónico monumental, con un recinto amurallado defensivo, entrada principal fortificada y edificios destinados al culto, residencia monacal y dependencias de la explotación agraria. Una reliquia del gótico valenciano de casi seis siglos de vida, entre los más bellos monasterios peninsulares del Cister. Con este señorío eclesiástico nace a la historia cristiana, con el nombre de La Valldigna, el territorio musulmán de Alfandec. El valle y las gentes que lo han poblado vivieron durante siglos al dictado de los monjes del Císter que sometieron bajo su mandato jurídico y administrativo los destinos humanos vinculados por vasallaje, hasta que las desamortizaciones liberaron al hombre de la sujeción impositiva a la tierra ajena.

Los necesarios cambios sociales que sobre las estructuras de propiedad suponían los decretos desamortizadores, tuvieron su vertiente negativa en la pérdida de un ingente patrimonio. Con las exclaustraciones, Santa María de la Valldigna pasó a ser propiedad privada, acelerando el deterioro en las construcciones que siguió a su abandono por la comunidad monástica, con incalculables pérdidas por dispersión patrimonial, saqueo y venta. En el año 1970 fue declarado Monumento Nacional, en gran manera gracias a la campaña sostenida para su recuperación por parte del Centro Excursionista de Tavernes, impulsor, igualmente, de su compra institucional y posterior restauración, loable iniciativa que ha rescatado para el legado cultural ciudadano, lo que ya se anunciaba como una ruina segura y una lamentable pérdida patrimonial. El Monasterio de Santa María de la Valldigna fue comprado por la Generalitat Valenciana en el año 1991, oportunamente rescatado y restaurado y que consolidó el histórico recinto como marco ideal de celebración de los encuentros de MULTAQA.

Desarrollo de las jornadas.

Viernes, sábado y domingo, los días de celebración de las jornadas, son, por este orden, los días santificados por musulmanes, judíos y cristianos, representados por su ritual, Yumuaa del Islam; Shabbat Hebreo y Domínica Cristiana. Viernes y sábado fueron dedicados a talleres y actividades relacionadas con el patrimonio UNESCO de la Humanidad en la Comunidad Valenciana (Arqueología didáctica, dirigida por expertos arqueólogos y profesionales); música de percusión; juegos tradicionales de calle y domésticos y Encaje de bolillos: II Encuentro de Bolilleras y Muestras de Labores Tradicionales realizadas por la mujer valenciana. Los encajes de bolillos, cuyo origen en España se fija en el siglo XVI, era una labor que hasta los años 50 del siglo pasado se enseñaba a las niñas en las escuelas, considerada como necesaria en la educación femenina y de conservación de un legado trasmitido por las madres a sus hijas.

Dominica Cristiana. Domingo 16 de junio.

Jornada de clausura iniciada en su apertura con la elegante Dansà, a cargo del Grup de Danses l´Antiga de Campanar. En este antiguo baile tradicional valenciano, los participantes avanzan linealmente por parejas, una detrás de la otra, siguiendo una calle o a lo largo de una plaza (en Simat lo hicieron desde la entrada al recinto del monasterio hasta la iglesia donde se celebraron los actos de las jornadas), marchan lentamente a la vez que evolucionan, acompañados del son de tabal y la dolçaina y, generalmente, encabezada la marcha por una pareja veterana que marca el ritmo con las castañuelas

Asistencia de personalidades: Presidente de la Comisión Nacional de Cooperación de la UNESCO, Luis Ramallo Massanet; Presidente de la UNESCO Valencia, Luis Aznar Garrigues; Presidente de la Mancomunitat de la Valldigna, Sebastián Mahiquez Morant.

Un video discurso integró entre los asistentes a Federico Mayor Zaragoza, imposibilitado de asistir a las jornadas por problemas de salud. Una “colaboración” de la electrónica que nos permitió, además de escuchar la cálida palabra y profundo contenido humano del parlamente de Federico, contar con su virtual presencia física. A continuación tuvo lugar la proclamación de Irina Bokova, Premio UNESCO Valldigan 2013.

Irina Bokova. Es la novena persona que desempeña la Dirección General de la UNESCO y primera mujer elegida para este cargo que ejerce desde el 15 de noviembre de 2009. Nacida el año 1952 en Sofía (Bulgaria), posee una gran cultura, habla varios idiomas (búlgaro, ruso, inglés, francés y español), cuenta con una dilatada experiencia política y jurídica, como embajadora y experta en temas internacionales y de la sociedad civil…ha intervenido activamente por la promoción de valores de diálogo, democracia, dignidad humana y derechos humanos.

Intervención de los siete Bienes Culturales de la Comunidad Valenciana declarados por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad:

La Lonja de Mercaderes de Valencia: Declarada Patrimonio de La Humanidad en 1996…”por tratarse de un lugar de valor universal excepcional, ejemplo de edificio secular de finales del periodo gótico e ilustrativo del poderío y riqueza de las grandes ciudades mercantiles mediterráneas”.

Iniciada su construcción en el año 1482, a instancias del Consell General de la ciudad, siguiendo el estudio y proyecto de edificación que estuvo a cargo de Pere Comte, las obras se dieron por acabadas quince años después. La monumental y elegante Lonja de Mercaderes, como centro social, cultural, económico y de desarrollo urbano, es el reflejo de una poderosa burguesía mercantil, en una sociedad en plena expansión, cuando Valencia era una de las ciudades más pobladas e importantes de la Europa del siglo XV. Sede del Consolat del Mar y de la Taula de Canvis; relevante joya arquitectónica, es uno de los monumentos del gótico civil más importantes de Europa. Fue declarado Monumento Nacional en 1931. La Lonja de Mercaderes es uno de los edificios más representativos de la ciudad de Valencia, razón por la cual también es uno de los más visitados por el turismo nacional e internacional.

Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica: Declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1988… “constituye un conjunto de valor excepcional que describe el modo de vida, durante la fase crítica del desarrollo humano, de forma viva y gráfica en unas pinturas únicas por su estilo y por su tema”.

La Comunidad Valenciana agrupa conjuntos pictóricos rupestres notables, Valltorta, la Gasulla, Macizo del Caroig, Petracos…Arte Paleolítico parietal en abrigos y cavidades, pinturas y grabados, también en hueso y losetas de piedra, representaciones y secuencias cuyo significado solamente es posible imaginar, dentro de un incierto espacio especulativo de supuesto ritual mágico ceremonial. Escenas pictóricas dotadas de una gran movilidad y sorprendente perfección, con figuras humanas protagonistas en escenas de caza en las que aparecen inmersas en la variada fauna que poblaba nuestras tierras…escenarios de la vida cotidiana en los albores de las sociedades primitivas, inestimable documento de las etapas más oscuras del hombre que se ha definido…”entre las manifestaciones artísticas más notables y singulares desarrolladas por las poblaciones hispánicas prehistóricas y aún por las europeas”

El Palmeral d´Elx: Declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en el año 2000… “por constituir un ejemplo remarcable de transferencia de un paisaje típico de una cultura y de un continente a otro”.

El peculiar paisaje del Palmeral Histórico de Elche, de huertos abiertos entre el bosque de palmeras y fecundados por una compleja red de regadío que, a su función agrícola en la rotación de cultivos, une su aprovechamiento como fuerza motriz en los molinos harineros y almazaras. Un paisaje construido por la mano del hombre, singular ejemplo, único en Europa, revelador de los sistemas agrícolas y la organización productiva del territorio con un modelo traído por los árabes a España. Este interesante y valioso patrimonio de la vertebración productiva en huertos del palmeral al modo de un oasis de llanura y su fructífero aprovechamiento, tiene sus orígenes dentro de la expansión islámica de Al-Andaluz y su revolución agrícola, aproximadamente en el siglo X. En el siglo XIII, y pese a los radicales cambios sociales, religiosos y en la distribución de la propiedad de la tierra sobrevenidos con el orden feudal de los conquistadores cristianos, las modificaciones en la ciudad no afectaron en profundidad al conjunto agrícola de los huertos que fueron mantenidos en muchos de los sistemas y usos precedentes, quedando asimilados a la vida del mundo cristiano como un paisaje familiar, evocador y cargado de simbolismo que ha llegado hasta nuestros días culturalmente integrado en la vida ilicitana.

El Misteri d´Elx: Declarado por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en el año 2001,… “por ser un drama musical sagrado que se ha representado sin interrupción desde mediados del siglo XV y constituye un testimonio vivo del teatro religioso europeo, medieval y de devoción a la virgen”.

En agosto el Misteri se representa en la Basílica de Santa María, un acto que entraña gran dificultad técnica por su puesta en escena, debido a la complejidad de la tramoya medieval, accionada mediante un torno manual que pone en funcionamiento la espectacular escenografía, ascenso y descenso desde el punto más alto de la bóveda de la basílica, a unos veinticinco metros de altura, de ingenios donde van los actores cantantes. Una representación teatral del medioevo en una iglesia por privilegio del Papa Urbano VIII (1632). Un acto cultural y festivo de suma relevancia, declarado Monumento Nacional en 1931. La música es uno de los aspectos más sobresaliente de la representación del Misteri, con melodías medievales, renacentistas y barrocas que interpretan los miembros de la Capella, unos setenta cantores, varones adultos y los niños de la Escolanía, encargados de dar voz a la virgen, los ángeles y a parte de la Trinidad. La Capella y Escolanía ofrecieron, con carácter extraordinario, una selección de siete motetes del Misteri, impresionante acontecimiento musical en el solemne marco de la iglesia, el mejor de los espacios posibles para la excepcional composición.

El Museo Escuela de Pusol en Elx: Inscrita por la UNESCO en el registro de prácticas excelentes para la salvaguardia del patrimonio inmaterial, en el año 2009… “en reconocimiento a su labor educativa ejemplar para sensibilizar a la sociedad y transmitir, especialmente entre los jóvenes, los valores del respeto por el patrimonio”. La distinción reconoce y valora un hecho educativo de integración de la escuela en el medio, orientando al aprendizaje y la educación de valores conceptuales en actividades docentes que vienen desarrollándose desde 1968 en la escuela unitaria pública del distrito rural de Pusol, en el Campo de Elche. Patrimonio con especial interés en la cultura y los modos de vida de las sociedades tradicionales extinguidas, modelos económicos y sociales desaparecidos ante las innovaciones tecnológicas y la mecanización del campo y que constituyen los elementos básicos de enseñanza y respeto por el legado del pasado. Un proyecto multidisciplinar formativo e interactivo, tan notable como para haber sido distinguido por la UNESCO.

El Tribunal de las Aguas: Declarado por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en el año 2009… “por el valor cultural de la milenaria institución que implica la salvaguardia de la tradición y la costumbre que el organismo despliega”.

La antigüedad de esta peculiar y modélica institución (siglo X, época califal), de ininterrumpida actuación durante más de mil años, la singularidad de las normas procesales, de la forma y procedimientos en la administración de justicia, configura en su conjunto un inestimable patrimonio unido a la huerta de Valencia y su compleja red de regadío. Hombres justos, campesinos conocedores como nadie de la equilibrada distribución del agua y elegidos democráticamente como componentes del tribunal, ejercen su cargo con extrema sencillez de procedimientos, honestidad, sentido común y rapidez en sus veredictos. El Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia, es parte consustancial en sus esencias del admirable paisaje agrícola de fértiles tierras que fecunda un entramado de acequias que toma aguas del Turia, una institución jurídica única en el mundo que en su milenaria existencia ha sobrevivido a todos los cambios sociales, económicos y de ordenamiento legal acaecidos durante su larga existencia y que, desde sus orígenes como tribunal islámico hasta nuestros días, ha demostrado en todo momento su buen funcionamiento. Un Patrimonio Inmaterial valorado internacionalmente, un legado por el cual los valencianos nos podemos sentir legítimamente orgullosos.

Festa de la Mare de Deu de la Salut d´Algemesí: Declarada por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en el 2011…”por su valor cultural, que pasa de generación en generación, su dimensión ritual, festiva y de participación comunitaria de la fiesta, ritual cuyo origen se remonta al siglo XIII”.

Cada año, los días 7 y 8 de septiembre, se celebran en Algemesí las fiestas patronales con expresiones orales, teatro, música, tabal y dolçaina de acompañamiento, las torres humanas de la Muixeranga y a las danzas de distinta índole, de bastones, pastores, labradores, litúrgicas o de carácter guerrero… ancestrales evocaciones paganas, islámicas, cristianas y judías. Manifestaciones de un alto valor cultural y de notable diversidad expresiva, memoria depositada de las culturas que han forjado la personalidad del pueblo valenciano, secundada por la amplia participación popular y transmitidas de una generación a otra, de padres a hijos. La demostración de todo este expresivo conjunto festivo cultural, musical y sumamente vistoso por la plasticidad de sus genuinas manifestaciones de celebración, fue uno de los actos de clausura seguido con mayor expectación, un variado repertorio de danzas y, sobre todo, la Muixeranga, las impresionantes torres humanas, pirámide edificada hasta vertiginosa altura, construida piso a piso con el sólo soporte humano que se estrecha progresivamente hasta culminar en la cúspide con un niño que abre sus bracitos como saludo al emocionado público. Además de las valoraciones culturales de estas sorprendentes expresiones, admira la fuerte especialización y voluntad que requiere mantenerlas, un esfuerzo que denota el firme empeño y amor de un pueblo por sus tradiciones.

MULTAQA, El Centro UNESCO Valencia y José Manuel Gironés.

Es de justicia elogiar a estas jornadas de MULTAQA y alentar la continuidad de estos foros y encuentros de las Tres Culturas, como ejemplares en su convocatoria, de participación multicultural, como un necesario ejercicio, que a todos nos enriquece, de tolerancia, de diálogo y de respeto mutuo de las creencias y formas de vida, como valores universales de convivencia, creando puentes y plataformas que nos ayuden a salvar distancias en la búsqueda de la paz un mundo mejor. Por todo ello no puedo por menos que felicitar a nuestro polifacético compañero José Manuel Gironés, Secretario General y Director de Actividades del Centro UNESCO de Valencia, uno de los organizadores y coordinador del evento, por su capacidad de trabajo, aptitud para “estar en todas partes” y destacado responsable en el buen fin alcanzado por las jornadas y su positivo balance.

 Rafael Cebrián Gimeno

Excursión a La Albufera

El sábado día 2 de marzo nos fuimos de excursión a La Albufera. Embarcamos en El Palmar e hicimos un precioso recorrido por el lago hasta llegar al puerto de Catarroja. Vimos muchas aves acuáticas de todo tipo y color. En el puerto fuimos recibidos por D. Miguel Ramón Martí Matíes, Licenciado en Arquelogía, quien nos invitó a visitar el museo de cerámica y antecedentes de La Albufera, conocido como “Casa Sulema”. Es un museo digno de visitar y que proporciona importante información no sólo sobre el lago sino sobre otros elementos relacionados con él, como el arroz, la vela latina, la antropología, los antecedentes históricos, etc.

Paco Gregori

CHULILLA Y LAS HOCES DEL TURIA: LOS PAISAJES VERTICALES

El camino de los pantaneros y de los gancheros en Chulilla

En otoño del 2012 nuestra Asociación hizo una excursión a Chulilla, una visita siguiendo el propósito de conectar, dialogar y apoyar con nuestros medios de comunicación a los municipios afectados por los incendios del verano y, conocer, de primera mano, las negativas consecuencias que han tenido para el turismo rural. El término municipal de Chulilla sufrió las consecuencias de un devastador incendio que, afortunadamente, no alcanzó a la población, pero si a su inmediato entorno, dañando al bosque y matorral en amplias zonas, testigo a la vista, desde cualesquiera que sea el punto de aproximación al pueblo, del paso desolador de las llamas. Sus mayores encantos naturales y valores paisajísticos no se han perdido, quedaron a salvo. Las zonas afectadas entran, tras el invierno y primavera, en el inicio de su recuperación, un largo proceso medioambiental en el que es necesaria la sensible colaboración humana con los ciclos de la naturaleza que haga posible legar a las futuras generaciones la pureza de los paisajes, para que éstos sigan siendo respeto al medio ambiente, calidad de vida y el recurso de un turismo sostenible.

En aquella visita que ahora recordamos, en la que recorrimos el casco urbano y el castillo, al término de la excursión, la comida en el balneario y posterior debate, estuvimos acompañados por el concejal de turismo Vicente Polo, compañero y, en todo momento, amable cicerone. La brevedad de un día daba lugar, tan sólo, a una rápida perspectiva de los encantos de este pueblo, uno de los más bellos de las tierras valencianas. Chulilla oferta al viajero como propuesta turística dos diferenciadas vertientes complementarias de su término: el pintoresco enclave de la población y su patrimonio histórico, y el medio natural. La trama urbana medieval, tendida sobre la ladera de una escarpada muela que corona un castillo de origen musulmán, da sobrados motivos para una inolvidable visita. Y, por otro lado, la accidentada topografía caracterizada por los rasgados paisajes verticales en la espectacular perspectiva de un desfiladero calizo, cerrada hoz y angosto corredor por donde las aguas cautivas del Turia han modelado uno de los paisajes fluviales más admirables de nuestras tierras. Una doble oferta turística sostenible que combina el atractivo de los paisajes humanizados con el disfrute del medio natural, de la naturaleza para ser vivida paso a paso y por el propio esfuerzo.

La escalada en Chulilla: los caminos verticales.

Hace ya varias décadas que el variado y vigoroso paisaje rocoso de Chulilla, quebrado sobre los gruesos mantos calizos dominantes, ha sido un lugar de encuentro del montañismo valenciano en su faceta más comprometida y espectacular, la escalada. Los caminos verticales, cara a cara en la superación de las vertiginosas paredes, largas fachadas rocosas que flanquean el río, congrega los fines de semana y festivos a gran número de escaladores, valencianos y de otras comunidades, en esta escuela de escalada, una de las más importantes de nuestra Comunidad y de reconocido prestigio nacional. En principio, la búsqueda de las vías de ascensión se centró en la Muela del Castillo, emplazamiento de la fortaleza alzada sobre las laderas donde se asienta la población. La variedad morfológica, verticalidad de las paredes que miran al río, de excelente y compacta caliza, su proximidad al pueblo y facilidad de acceso, han consolidado el paraje como la primera escuela, con un elevado número de vías de variada dificultad, hasta los grados de mayor exigencia y nivel técnico. Al paso del tiempo, la permanente actividad encabezada por escaladores de elite, fue abriendo rutas sobre los retablos tendidos a lo largo de la Hoces, en un largo trecho de su impresionante desfiladero entre Chulilla y el embalse de Loriguilla. Hoy el número de rutas abiertas se cuenta por centenares. Están equipadas, es decir dotadas de unos elementos fijos auxiliares que permiten el acrobático ejercicio de trepar por la roca, desafiando la extrema dificultad, con un margen muy amplio de seguridad.

Por las Hoces: El Camino de las Pantaneros y de los Gancheros

Volviendo al recuerdo de aquella visita de la Asociación a Chulilla y a nuestro guía, el ya citado Vicente Polo, en aquel entonces nos informó que se estaba equipando unos tramos en las hoces del río para hacer posible seguir su curso junto a las aguas por su sector más espectacular, entre Chulilla y el embalse de Loriguilla, por el paraje de Los Calderones. Pues bien, ya está finalizado y transitable el camino, a falta tan sólo de completar con la información en los paneles, dispuestos a lo largo del recorrido y pensados para dar la lectura del paisaje en sus aspectos naturales y sociales, memoria de los pantaneros y de los gancheros. El camino desciende al cauce del río, bien protegido con pasamanos que evita el peligro que supone su abrupta pendiente y que nos lleva a dos puentes colgantes sobre las aguas. La continuidad hasta el embalse de Loriguilla, siempre orillando las aguas, bajo los imponentes acantilados que conforman el desfiladero, acompañados por el rumor del río, la vegetación y el marco sobrecogedor de un impresionante relieve, es un verdadero deleite de los sentidos. Estas instalaciones, logradas por el convenio entre la Diputación y el Ayuntamiento de Chulilla, aproximan el turismo deportivo, de la escalada, acortando las marchas de aproximación, y del senderismo, haciendo posible un grato excursionismo asequible a una mayoría.

Dos veces en poco tiempo he recorrido este camino, la última el pasado 21 de abril. Aquí encontramos bien representada la escalada, activa en la diversidad topográfica de las interminables paredes, compartiendo espacio con el amable ejercicio senderista. El camino lleva el nombre de los Pantaneros, en recuerdo de quienes ganaban su salario en la construcción del embalse de Loriguilla, allá por los años sesenta del siglo pasado, y cubrían a pie el trayecto hasta el lugar de trabajo. Pero hay más, el camino tiene su historia con el lance de los Gancheros, los trabajadores del río, collas de especialistas que acompañaban a las maderadas que desde Ademuz bajaban hasta Valencia por la fluida cinta del río, un duro y arriesgado oficio, orientando los árboles sobre la fuerza de las aguas, auxiliados con largas pértigas a cuyo extremo una punta de lanza y un saliente curvo, el gancho, era su única herramienta de trabajo: de ahí les vino lo de gancheros. Un transporte fluvial que terminó a finales del XIX, un apunte más de la crónica de oficios extinguidos.

Cuenta Cavanilles que, en las estrechamientos de las hoces, del río sin orillas, encajado entre paredes verticales que superan los cien metros, era frecuente que los árboles (maderos) volteados por el ímpetu de la corriente, entrechocando se trabaran levantando un dique que impedía la progresión de las maderadas, un serio obstáculo que se había de solucionar rompiendo la trama de los árboles apilados con la intervención de los gancheros, incluso, utilizando explosivos. Para ello, descolgaban con cuerdas a los especialistas sobre las inestables barreras, en una difícil y peligrosa operación: ”… algunos infelices pagan con la vida, ó arrebatados de la corriente siempre violenta en aquella estrechez, ó heridos de algún madero que se precipita con furia al romper la barrera”, un conmovedor testimonio de la crónica negra del transporte fluvial que nos relata Cavanilles en sus Observaciones. Pantaneros y Gancheros, historia del trabajo y de la ardua vida de los más humildes, relato de infortunios, penalidades del día y de míseros salarios ganados con fatiga y peligro, en tiempos no muy lejanos, y que es ahora memoria rescatada en la majestad de los cautivadores paisajes verticales de las Hoces.

Rafael Cebrian

PERROS VIGILANTES EN TRENES, TRANVÍAS Y ESTACIONES DE METROVALENCIA.

La sorpresa inicial de ver a los vigilantes de los tranvías y trenes del metro de Valencia con la compañía de un perro desaparecerá pronto, nos habituaremos, como ocurrió con los perros lazarillos para invidentes primero y para minusválidos posteriormente. Ello, además, en vehículos donde desde el día de la inauguración del primer tramo del metro, el 8 de octubre de 1988, y facilitado por la continua supresión de barreras, son también habituales los cochecitos de minusválidos, los de bebés, carritos de compra, maletas, un mecánico con su caja de herramienta, …….Es nuestro peculiar metro-suburbano producto de la adaptación modernizada de los antiguos trenets en los que venían a las estaciones Pont de Fusta y Jesús desde numerosos municipios del área metropolitana de Valencia.

Patrullas de vigilantes acompañados de perros adiestrados se encargarán, principalmente durante la noche y los fines de semana, de vigilar trenes, tranvías y estaciones, así como los talleres de Machado, València Sud y Taronchers, para garantizar la seguridad de los viajeros y para evitar vandalismo y la acción de grafiteros y ladrones, especialmente en las muy vulnerables instalaciones ubicadas en tramos en superficie alejadas de zonas urbanas.

Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana ha estimado que la utilización de perros en labores de vigilancia favorece la disuasión y prevención de delitos por su innata capacidad de detección y alerta, así como la seguridad que transmiten con un coste que se compensa con los resultados obtenidos al evitar desperfectos e incidentes en instalaciones y vehículos.

La incorporación canina refuerza el dispositivo humano de 60 agentes de seguridad y el técnico de 1.149 cámaras, éstas distribuidas en las estaciones, talleres, trenes y tranvías, que ofrece diariamente FGV.

 

Esteban Gonzalo

 

GRANADA: TIERRAS, PUEBLOS Y PAISAJES.

Sierra Nevada. La Vereda de la Estrella.- De las nieves eternas que coronan las altas cimas de la Sierra Nevada, nace el río Genil. Sus frías y limpias aguas riegan las fértiles tierras de la vega de Granada, despensa y sostén que fue del próspero reino nazarí, último de los estados andalusíes peninsulares. Un camino para hacer solamente a pie, la Vereda de la Estrella, orilla el río y sigue su curso aguas arriba hasta su cabecera, por un estrecho desfiladero de fresca y frondosa umbría, flanqueado por esbeltos robles y otras especies caducifolias, luces y colorido de su enramada con la vivaz luminosidad de la primavera y la suave tonalidad del otoño. El valle fluvial se adentra hasta el corazón de la sierra, hasta el pie de sus majestuosas cumbres señeras, los gigantes Alcazaba, Mulhacen y el Veleta, donde el deshielo de los resplandecientes neveros que embellecen la soledad y el silencio de las cumbres, alumbra las primeras y cristalinas aguas del río. El Mulhacen es el techo peninsular, la cota máxima de la orografía hispana.

El camino lleva el nombre de un grupo de minas de cobre, La Estrella, que estuvieron activas hasta finales de los años cincuenta del pasado siglo. Muy pobres, con minerales de escaso rendimiento, su explotación en tan difíciles condiciones de topografía y clima, sólo se explica por las carencias de la autarquía franquista y porque el mantenimiento de la mano de obra era de bajo costo, con presidarios que trabajaban en duras condiciones sin retribución, con tareas expuestas y fatigosas, en la altura y el frío. De este penoso episodio ha quedado el camino de acceso al complejo y ruta de bajada del mineral mediante caballerías. Hoy es la frecuentada y preciosa ruta de excursionistas y de alpinistas, por la belleza del quebrado desfiladero, profundamente abierto entre elevadas y escarpadas montañas, con un escenario en su cabecera que presiden los techos de la sierra, las pirámides rocosas de la Alcazaba el Mulhacen y el Veleta, cortadas moles de la vertiente septentrional del sistema, enlazadas en una fascinante y abrupta fachada de mas de 1.500 metros de desnivel, una de los más bellos escenarios de la alta montaña española.

Bajo este circo prodigioso esculpido por la fuerza de la naturaleza, pese a la accidentada topografía y al clima extremo e inclemente de la altura, sus vertientes fueron antaño humanizadas: gentes humildes subían hasta zonas elevadas, cuando al llegar la primavera las nieves se retiraban, ganando altura, para llevar sus rebaños, cultivar cereales y patatas, haciendo frente a unas adversas condiciones de vida, en una economía de estricta subsistencia. Ocupaban modestas casas, precarias viviendas sin más confort que la techumbre. Con las primeras nieves, anticipo del otoño, bajaban a los poblados de origen, ribereños del Genil para pasar el invierno. Hasta los años setenta del pasado siglo se mantuvo este ciclo temporal, campesino y pastoril, a cargo de los más desfavorecidos: hoy queda integrada en el paisaje la memoria silenciosa de sus afanes, las casas -los cortijos-, ahora habilitados como refugios del caminante, las eras y las acequias que, transversales a las laderas, recogían el agua del deshielo utilizada para los riegos de los improvisados campos de cultivo.

Varias excursiones son posibles, de mayor o menor rigor, por el mismo recorrido de ida y vuelta a lo largo del camino, o con alternativas que permiten circuitos que amplían la perspectiva de los majestuosos paisajes. También es la ruta de aproximación para iniciar la ascensión de las cumbres por las paredes, itinerarios mucho más exigentes y reservados a unos pocos. Este camino, que antaño fue de la fatiga y de la desesperanza para forzados y campesinos, es ahora el del ensueño de la naturaleza y el paso excursionista hacia el corazón de la sierra, hacia sus hermosos paisajes, camino idealizado sin las servidumbres de antaño, del esfuerzo elegido, siguiendo paso a paso la huella de las gentes que le dieron vida, ante una grandiosa e indomable naturaleza. Un camino y un amplio espacio protegido -que incluye las más altas cumbres peninsulares-, está comprendido dentro del Parque Natural de la Sierra Nevada, el más extenso de España y uno de los más importantes de Europa, por la riqueza de su biodiversidad y el patrimonio cultural humano asociado a sus heterogéneos paisajes.

Granada.- La naturaleza y la historia se han unido felizmente en Granada para crear uno de los territorios con paisajes naturales y humanos de mayor belleza de Europa, y, sin lugar a dudas, el más notable de los complejos turísticos europeos, capaz de dar cumplida respuesta al viajero más exigente. Es posible esquiar en las extensas pistas de la sierra y, en el mismo día, bajar hasta Motril, a las cálidas orillas mediterráneas de doradas playas donde la ondulante caña de azúcar es la enseña de la tibieza del clima mediterráneo junto al mar. La monumental Granada es sinónimo por excelencia de la larga permanencia de los árabes en España, fascinante memoria del histórico y brillante Al Andalus, personalizada en la delicada y seductora belleza de la Alambra, arquitectura y cumbre artística del Islam de todos los tiempos. Pero no hay que olvidar la otra Granada, su demarcación territorial, sus pueblos, paisajes y patrimonio que bien vale la pena conocer y que la Alambra y Sierra Nevada han oscurecido con su esplendor, como inexistente. No hay que pasar de largo: aquí, en estas líneas, solamente unos rápidos apuntes de tierras, pueblos y paisaje granadinos, y una invitación a sentir en profundidad su encanto, enmarcado en la cordialidad y señorío de sus gentes, como distintivo y legado de una vieja cultura.

Moclín y el río Velillas.- Moclin preside un amplio paisaje de montañas y de redondeadas lomas que colonizan los olivares, extensos olivares prácticamente como monocultivo. Tendida sobre las laderas de un aislado cerro de pronunciadas vertientes, en la cima se asienta un castillo musulmán, una de las más sólidas fortalezas fronterizas nazarí cuando, imparables, los Reyes Católicos acosaban el último de los reinos andalusíes. Junto a otras fortificaciones, entre ellas la de Montefrío, auxiliadas con un rosario de torres atalaya, formaban parte de una coraza defensiva de Granada frente a Castilla. El castillo es uno de los mejor conservados de este trascendental periodo histórico, torres, dispositivos defensivos y la práctica totalidad de un dilatado cinturón de murallas. Un interesante conjunto estético y paisajístico de la arquitectura militar islámica adaptada a la irregular topográfica de su enclave.

El castillo, el núcleo urbano de la población y el patrimonio urbano, son un buen motivo para disfrutar de los encantos de Mocríl, pero si el visitante quiere a su vez sentir el inmediato entorno natural, una excursión con punto de partida y llegada en el pueblo, le comunicará la belleza recogida y abrupta del desfiladero del río Velillas, un curso abierto entre gruesos mantos calizos que aprisiona su cauce. Un bonito camino desciende hasta el río, salvando escarpadas laderas rocosas. Camino bien trazado y protegido por unos pasamanos que ayudan y desvanecen el temor de su paso junto precipicios. Cuando llega hasta el río, sigue aguas abajo, pasando por una pasarela artificial adosada a los muros calizos, colgada sobre el río, hasta llegar a la población de Oliveras o cruzarlo y retornar a Mocril, en un recorrido circular que el ayuntamiento de la población ha señalizado y equipado y que tiene por nombre La Hoz, el Círculo Oculto. Mocril está a 33 kilómetros a poniente de Granada.

Montefrío.- A poniente de Granada la monumental Montefrío, apiñada la histórica población bajo los peñascos que coronan un cerro, preside un expresivo paisaje de serena belleza agrícola, el encanto de sus inmensos olivares tendidos por las lomas, dominantes por todo el municipio, componen un escenario humanizado entonado en grises y verdes de poderoso atractivo. Montefrío, poseedor de un valioso patrimonio, legado de su densa historia, su centro histórico ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico. Una fortaleza nazarí, situada sobre la población, defendía en el siglo XV la frontera entre los reinos de Granada y Castilla, cuando la guerra de conquista emprendida por los Reyes Católicos cercaba a la capital y la vega granadina. Vencida por la superioridad militar castellana, de sus sólidas defensas y encumbrada alcazaba, tan sólo restan muros y arrumbados baluartes y, en su lugar, se yergue la monumental Iglesia de la Villa, sede de un interesante museo documental de la historia de la villa, Centro de Interpretación de la Última Frontera de Al-Andalus, El Centinela. En el casco urbano medieval, no hay que dejar de visitar la Iglesia de la Encarnación, inspirada en el Panteón de Agripa, en Roma, con una impresionante nave de planta circular y atrevida bóveda de colosales proporciones. Otros edificios, caserones, calles y enjalbegadas viviendas tradicionales, ornadas con la estética naturalidad andaluza del frescor de las plantas y colorido de las flores, completan el hechizo de este pueblo, uno de los más bellos de España. Montefrio está a 50 kilómetros de Granada.

La Peña de los Gitanos.- No lejos de Montefrío se encuentra el complejo arqueológico de La Peña de los Gitanos, un sorprendente santuario del pasado en el que se superponen distintas etapas de ocupación que nos llega desde el Neolítico, pasando por las culturas ibera, romana, visigoda y musulmana. Asentamientos, un centenar de tumbas megalíticas, dólmenes; otras necrópolis y diversos elementos exhumados de la cultura material, conforman el relevante legado, la huella y secuencias del paso de las distintas civilizaciones que ocuparon el paraje. Tan abrumadora y notable acumulación del mundo antiguo, tiene como escenario un paisaje que conserva retazos de la perdida naturaleza, de roquedales calizos, verdes terrazas herbosas, arbolado y vegetación mediterránea, un paraje integrado en medio de un territorio minuciosamente antropizado, a modo de una isla inmersa en un mar de olivares. Paisaje y su misterio, evocadores del medio mágico en el que se desenvolvieron las culturas que le dieron vida, es un emotivo museo al aire libre, que contemplamos y vivimos con todos los sentidos. La UNESCO ha declarada La Peña de los Gitanos, Bien de Interés Cultural (BIC). Su visita requiere ser previamente concertada, ya que el recinto está vallado y parte del mismo está dentro de una propiedad privada: Centro de Interpretación del Patrimonio 628 305 337 – pgitanos@gmail.com.

Rafael Cebrian

LA VELA LATINA: La navegación tradición en la Albufera

Con anterioridad a la utilización del motor en la propulsión de las embarcaciones en la Albufera, la navegación tradicional se realizaba según dos modalidades de impulsión: con la pértiga y la fuerza humana, y la vela latina que aprovechaba las brisas en las zonas de aguas más profundas y abiertas. En ambos casos teniendo como embarcación de especial adaptación a las condiciones naturales del lago, el albuferenc, barca de quilla plana que hace posible la navegación con mínimos niveles de agua, por debajo de los 80 centímetros de profundidad media del lago, característica que define la topografía de los fondos de la Albufera. La vela se alternaba con la pértiga cuando la barca entraba en los canales o se movía entre las matas que impedían o hacían difícil la maniobra con la vela. Numerosas embarcaciones surcaban la extensa superficie de agua como medio de transporte de mercancías, arroz, pesca, enseres, personas, correo, los enfermos y…también a los difuntos. Su auxilio liberaba del duro esfuerzo de la pértiga y comunicaba con rapidez las distantes orillas del lago, facilitando el desarrollo de las tareas tradicionales asociados al medio acuático, agricultura, pesca y relación social. Hasta mediados del siglo XX, estas tareas propias de la vida en el lago, las cumplía El Ravatxol, la barca que unía y daba servicio desde el Port de Catarroja, al Palmar y al Perelló, en los extremos del lago.

 

La vela latina, de inciertos orígenes y reconocida antigüedad, utilizada con anterioridad al mundo clásico greco romano en todo el Mediterráneo, se supone que son los árabes transmisores de la técnica con la base de la vela triangular, también llamada de cuchillo y, ya de forma aceptada, latina, aunque también esta denominación resulta confusa. Su fácil y rápida arboladura, su posibilidad de tomar los vientos por ambas caras, incluso en las condiciones más adversas, casi perpendicular el eje de la barca, ha sido la razón de su utilización en ámbitos en los cuales la navegación, como es el caso de la Albufera, requería la rápida y fácil maniobra. Ya no se utiliza, reemplazada por el motor, pero se mantiene como actividad lúdica deportiva tradicional en regatas organizadas, un espléndido espectáculo de destreza y elegante ligereza, memoria de una bella y secular tradición que, entidades como la Associació de Vela Llatina de Catarroja, están recuperando como memoria y símbolo de los paisajes valencianos del hombre, la tierra y el agua, uno de los más bellos legados culturales de nuestras tierras.

 

L´Assocciació Vela Llatina de Catarroja.- Esta entidad fue creada en el año 1995 con el encomiable compromiso de la conservación de la Albufera y su entorno, de sus relevantes valores medioambientales y culturales, manteniendo con su práctica deportiva la milenaria tradición de la navegación con la vela latina. Una asociación que ha participado mediante comunicaciones en televisiones y encuentros de ámbito nacional e internacional, dando a conocer el legado cultural de la población de Catarroja, municipio que en su reciente pasado vivió en estrecha dependencia económica y social con la singularidad del lago en la explotación tradicional de sus recursos naturales, principalmente agrícolas y pesqueros, además de contar con los calafat, profesionales constructores de las embarcaciones.

 

Rafael Cebrian

 

 

AVPYETUR RINDIÓ HOMENAJE A SU PRESIDENTE DE HONOR, JOSÉ MARIA CRUZ ROMÁN

La Asociación Valenciana de Periodistas y Escritores de Turismo (A.V.P Y.E.T.U.R) rindió recientemente un homenaje a su Presidente de Honor, José María Cruz Román, con motivo de haber cumplido el pasado mes de octubre su noventa cumpleaños.  José María Cruz Román, nacido en Sigüenza (Guadalajara), vino muy joven a Valencia; se diplomó en la Escuela Oficial de Periodismo y en 1.949 fue el primer redactor jefe de Radio Nacional de España en Valencia al ser creada esta emisora. Posteriormente, fue redactor de “Las Provincias”, lo que alternó con numerosas publicaciones valencianas.

Mediada la década de los años sesenta, la cadena COPE quiso crear la emisora Radio Popular en Valencia, y confió su fundación y dirección a este brillante periodista, que permaneció al frente de la misma hasta su jubilación.

Gracias a su perfecto estado de salud, pese a las diez décadas de edad, José María Cruz Román sigue al frente de su pluma –bueno, hoy ya el ordenador- y publica artículos de extraordinario interés en algunas publicaciones valencianas.

En el acto de homenaje, tras un almuerzo de hermandad, le fue ofrecido un delicado recuerdo artístico, correspondiendo el agasajado con unas frases poéticas de agradecimiento.

Foto.- Estudio Sanchis

    Rafael Brines