En el mes de julio o más tarde, cuando lo permita el coronavirus, plantarán y quemarán ésta y las restantes Fallas de València y los municipios que así lo acuerden. La primera vez que no será en marzo desde 1849.
Según Enrique Soler Godes en su obra “1849-1977 Las Fallas de Valencia”, en tan largo periodo de tiempo no hubieron fallas en 1896 por el estado de guerra decretado por tumultuosos disturbios de aquí y entre 1937 y 1939 por la guerra española. En 1885 solo plantaron una en el extrarradio de la calle Cervantes y el año siguiente otra en el poblado de Castellar, ya que los falleros del interior de la Ronda estaban en desacuerdo con la elevada cuantía del permiso municipal. Y siempre en el mes de marzo. Por ello, al proponer quemarlas en julio o más tarde, cuando se pueda, quedará el año 2020 como extraño en la larga historia fallera del Cap i casal.
Los 164 años registrados desde que pusieron el primer catafalco con figuras, aunque dicen que algunos más pero no constan oficialmente, convierten a la Falla Alta-Santo Tomás en una de las más antiguas de València.
Es una comisión, por y para sus falleros y convecinos, que planta sus pequeñas pero muy satíricas fallas, mayor e infantil, en pleno barrio del Carmen, y el primer año compartieron protagonismo con las de Quart-Palomar y Almudín, las tres en pleno centro histórico.
El nacimiento de Alta (entonces Alfondech)-Santo Tomás, según el citado Enrique Soler Godes, estuvo preludiado por el Diario Mercantil, que el 14 de marzo de 1856 publicaba: “Según noticias que hasta ahora hemos pedido sobre las fallas de la víspera de San José, sabemos que se está trabajando en la construcción de una, dirigida por el carpintero Vicente Sena, la cual se colocará en la calle del Alfondech, y llamará, por más de un concepto, la atención del público”. Tuvo como lema “Una familia de coents” y constaba de un matrimonio y su hijo encima de una alta tarima.
Fue el comienzo de una historia intermitente hasta 1946 y continuada después, plantando 104 fallas en 164 años. Largo periodo de tiempo con protagonismos importantes.
En 1863 el famoso pintor Antonio Cortina ensayó la realización de las cabezas, cara y manos con cera, técnica con la que consiguieron gran realismo durante un siglo los artistas falleros, aunque antes de la cremá tenían como enemigo al sol.
En 1932 su Fallera Mayor, Consuelo Cariñena Tarín, fue elegida Belleza Fallera de València, honor que compartió con Cruz Robles, y única vez que ha ocurrido desde que eligieron representante fallera de la ciudad, Belleza los años 1931 y 1932, y Fallera Mayor los siguientes.
En 1961 la fallita infantil, con el lema La Bella Durmiente, obra del artista Vicente Cosí, fue galardonada con el primer premio de todas las categorías y el de Turismo.
Y gran relevancia la alcanzada en los últimos años en la presentación del boceto de la falla grande con espectáculos acordes: 2012 El Cine, 2013 La Moda, 2014 La Gastronomía, 2015 Alta Frecuencia y 2018 La Música. Una de las más falleras fue la del 2013 para el monumento de marzo siguiente, cuando la comisión, que presidía Mario Gumbau Barberá, organizó el 30 de noviembre de 2013 el evento “Alta Saturday Fashion” en el Mesón de Morella. Un desfile de moda muy singular dividido en las secciones: la moda colabora, Els nostres dissenyadors, Indumentaria valenciana en el temps como colaboración de las comisiones amigas Sanchis Bergón-Turia, Serrano-Plaza de los Fueros y El Quarantahuit, y como conclusión modelos representativos de las partes esenciales de la Fiesta Fallera, como son: indumentaria, fuego, falla, poesía, pólvora, luz, flores y música, en las que intervinieron Falleras Mayores de València y de la Falla anfitriona, y la Reina de las Fiestas de Paterna de ese año. Un compendio de moda, fallas, ingenio y gracia.
Con la filmación para la Fiesta del Cine consiguieron en el 2013 el Guardó Extraordinari del Jurat en el concurso Pedro Audiovisuales Vicente Monfort.
Y también muchas actividades: bailes tradicionales, teatro (terminan de conseguir el 2º Premio de Junta Central Fallera), parchís, truc, participan todos los años en el concurso del Cant de l’Estoreta y con frecuencia consiguen recompensas de ingenio y gracia por las elevadas dosis de sátira de sus fallas.
En su casal de la calle Santo Tomás nº 23 conservan como oro en paño el bello estandarte de 1943 que es de lo poco que consiguieron recuperar tras las catastróficas riadas del 14 de octubre de 1957.
Con motivo del 150 aniversario editaron un magnífico libro en el 2006 que además de la crónica de todos los años que plantaron falla incluye pinceladas sobre la historia del Barrio del Carmen, del Casal, las visitas de la Virgen de los Desamparados, llibrets de las fallas plantadas, y una extensa galería de fotos. Libro donde además de los saludas de las autoridades y del presidente de la falla de ese año, Carlos Rossi Bas, incluye magníficos artículos de los periodistas Elena Martínez y Rafael Brines Lorente.
L’Edat de l’Herba es el lema de la falla grande que está realizando el artista Ignacio Ferrando Tamarit, para participar en la sección 5ª C, e Influencers el de la infantil que está construyendo el artista Santi Muñoz. En la grande satirizan las exageraciones en la publicidad de los productos veganos y ecológicos, y en la infantil que los medios modernos bien utilizados no son malos.
Como están a todas, los años 2015 y 2016 escenificaron en el Barrio del Carmen una versión especial de Don Juan Tenorio como contrapartida a tanta publicidad sobre Halloween.
Una comisión Presidida por Mario Gumbau Barberá, cuya Fallera Mayor Infantil es la niña Desidée Márquez Ferrer.
Tienen el récord fallero de permanencia de una banda de música en la misma comisión, desde 1948 la Unión Musical de La Pobla del Duc, y el aliciente turístico de ser una de las pocas comisiones que en los últimos años ha recuperado la tradición de plantar “al tombe”, como en los monolitos de la antigüedad, unos estirando y otros aguantando hasta colocar la falla en posición vertical.
Esteban Gonzalo Rogel